En el año 1962, el senador
norteamericano Gaylord Nelson comienza a hacer lobby político para que el tema
ambiental forme parte de la agenda gubernamental del presidente John F. Kennedy.
Así, el día 22 de abril de 1970
(equinoccio de primavera en el hemisferio norte) se celebró por primera vez el
Día de la Tierra. Más de 20 millones de personas respondieron a la
convocatoria, estableciendo en sus comunidades, universidades y colegios, una
plataforma de difusión y discusión sobre el medio ambiente y sus principales
problemas.
La Madre Tierra es una expresión
común utilizada para referirse al planeta Tierra en diversos países y regiones,
lo que demuestra la interdependencia existente entre los seres humanos, las
demás especies vivas y el planeta que todos habitamos. Por ejemplo, en Bolivia la
llaman «Pacha Mama» y nuestros ancestros en México y Nicaragua se referían a ella como
«Tonantzin».
La proclamación del 22 de abril como Día Internacional de la
Madre Tierra supone el reconocimiento de que la Tierra y sus ecosistemas nos
proporcionan la vida y el sustento a lo largo de nuestra existencia. También
supone reconocer la responsabilidad que nos corresponde, como se expone en la
Declaración de Río de 1992, de promover la armonía con la naturaleza y la
Tierra a fin de alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas,
sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras.
Este año en junio, los líderes
mundiales se reunirán en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Desarrollo Sostenible (Río+20). Las conversaciones se centrarán en dos temas
principales: cómo construir una economía verde para lograr el desarrollo
sostenible y sacar a la gente de la pobreza y cómo mejorar la coordinación
internacional para el logro del desarrollo sostenible.
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