Desde hace un par de años hemos comenzado a escuchar un concepto que de primera impresión puede confundirse con otros dos que son los de economía ecológica y economía ambiental, el concepto del que les queremos hablar hoy es el de economía verde, y para poder explicarlo utilizaremos el documento "Hacia una economía verde: Guía para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza", publicado por el PNUMA en 2011.
El PNUMA considera que una economía verde debe mejorar el bienestar del ser humano y la equidad social, a la vez que reduce significativamente los riesgos ambientales y las escaseces ecológicas. En su forma más básica, una economía verde sería aquella que tiene bajas emisiones de carbono, utiliza los recursos de forma eficiente y es socialmente incluyente.
En una economía verde, el aumento de los ingresos y la creación de empleos deben derivarse de inversiones públicas y privadas destinadas a reducir las emisiones de carbono y la contaminación, a promover la eficiencia energética así como en el uso de los recursos, y a evitar la pérdida de diversidad biológica y de servicios de los ecosistemas. Dichas inversiones han de catalizarse y respaldarse con gasto público selectivo, reformas políticas y cambios en la regulación.
El camino hacia el desarrollo debe mantener, mejorar y, donde sea necesario, reconstruir el capital natural como activo económico fundamental y fuente de beneficios públicos, especialmente para las personas desfavorecidas cuyo sustento y seguridad dependen de la naturaleza.
El concepto de “economía verde” no sustituye al de “desarrollo sostenible”, pero hay un creciente reconocimiento de que el logro de la sostenibilidad requiere casi indispensablemente de contar con una economía adecuada y correcta.
Durante décadas, para crear riqueza se ha seguido un modelo de “economía marrón” que no abordaba de manera sustancial problemas tales como la marginación social o el agotamiento de los recursos, con lo que todavía estamos lejos de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio. La sostenibilidad sigue siendo un objetivo vital a largo plazo, y para alcanzarlo es necesario enverdecer la economía.
Una economía verde promueve el crecimiento, la generación de ingresos y la creación de puestos de trabajo y que la alegada “disyuntiva” entre el progreso económico y la sostenibilidad ambiental es un mito, en particular si la riqueza se mide teniendo en cuenta los bienes naturales y no solamente el rendimiento producido.
Una economía verde:
- Invierte en el capital natural;
- Genera prácticas agrícolas amigables con el ambiente;
- Mejora el acceso al agua y al saneamiento;
- Innova en materia de fuentes y generación de energía;
- Remplaza combustibles fósiles con energía limpia;
- Apuesta por la tecnología baja en carbono;
- Reduce la dependencia a las importaciones;
- Promueve el uso eficiente de energía;
- Desarrolla insrumentos financieros éticos;
- Empodera a la sociedad civil;
- Formula políticas públicas...
Para más información pueden consultar el documento completo que ese encuentra en el primer link de este extracto.
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