Por Julia Carabias
El día viernes 16 de marzo la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) cumplió su vigésimo aniversario. Por sus logros e impactos es reconocida, así lo aseveran los científicos más destacados del mundo, estudiosos de la biodiversidad, como la mejor institución mundial de su género.
La Conabio nació en el contexto de una profunda reflexión global sobre el problema de la pérdida de la biodiversidad, preocupación que dio origen, ese mismo año, al Convenio de Diversidad Biológica en la Cumbre de Río de Janeiro. Como resultado de un serio análisis realizado por un grupo de expertos nacionales y extranjeros, convocados por el doctor José Sarukhán, se creó esta institución cuya finalidad fue promover y coordinar actividades relacionadas con el conocimiento y el uso sustentable de la biodiversidad.
En pocos años la Conabio ha obtenido logros invaluables, entre los que destacan: la creación de una base de datos sobre la diversidad biológica mexicana con información de más de 5 millones de especímenes (mucha de esta información fue repatriada de museos y herbarios extranjeros); la ubicación espacial de esta información en mapas, lo cual permite, entre otras cosas, detectar áreas de prioridad para la conservación o áreas carentes de información que deben ser estudiadas; el desarrollo de sistemas de percepción remota y análisis de geomática con diversas aplicaciones prácticas, por ejemplo, la alerta temprana de los incendios forestales; el seguimiento de especies invasoras introducidas en los ecosistemas; el análisis de riesgo por la liberación de organismos vivos modificados; la predicción de áreas de distribución de vectores de enfermedades vinculadas al cambio climático; el monitoreo de la cobertura vegetal y del cambio de uso de suelo en tiempo real; el fomento de prácticas productivas sustentables que conserven la biodiversidad y favorezcan la conectividad; además de numerosas publicaciones, entre ellas, la evaluación nacional del capital natural, única en su género.
Ante estos incuestionables logros vale la pena preguntarse cuáles son las causas del éxito de esta institución de gobierno, que la hacen tan diferente de las demás. A continuación menciono algunas de las principales razones: Una, la Conabio es una institución técnica especializada que definió desde su inicio una política de largo alcance, diseñó los instrumentos para implementarla y los mecanismos para actualizarla permanentemente con base en información científica de punta, se enfocó al cumplimiento de sus objetivos sin dispersarse y ha mantenido continuidad.
Dos, se fundó y consolidó con personal altamente calificado, con gran calidad humana y creatividad y con un enorme compromiso con su materia de trabajo; creen en su trabajo y lo hacen con pasión.
Tres, el respeto a la labor científica le permitió convocar a la academia y a organizaciones sociales para compartir la información generada; la Conabio creó una gran credibilidad y confianza.
Cuatro, la Conabio acopió un gran volumen de información confiable, la cual sistematizó en bases de datos, y es capaz de interpretarla y utilizarla para producir nuevo conocimiento; no es sólo un banco de información. Además, la información está al alcance del público por lo que resulta útil a los ciudadanos; decenas de miles de personas consultan mensualmente las bases de datos disponibles en su página electrónica.
Cinco, la Conabio construyó un puente exitoso entre la academia que genera el conocimiento científico y la toma de decisiones políticas. Ello ha permitido que muchas decisiones de políticas públicas estén basadas en el mejor conocimiento científico disponible.
Seis, ha contado con el liderazgo de dos especialistas de prestigio nacional e internacional, el doctor José Sarukhán, quien ha fungido, desde su origen, como el Coordinador Nacional, y el doctor Jorge Soberón, quien fue el Director Ejecutivo durante los primeros 14 años.
Una potencial ventaja que desde su creación ha tenido la Conabio, pero que lamentablemente no se ha podido aprovechar, es que se trata de una Comisión Intersecretarial, presidida por el presidente de la República y conformada por los titulares de 10 Secretarías de Estado. Esta estructura, que hubiera podido dar a la Conabio un importante papel en la construcción de políticas transversales vinculadas al uso del capital natural nacional, no ha sido eficiente. Sólo algunas secretarías están involucradas por medio de programas puntuales de la Conabio; tal es el caso del Corredor Biológico Mesoamericano-México, que se coordina estrechamente con la Sagarpa.
La base de información científicamente validada y disponible que aporta esta institución de excelencia pone de manifiesto los rezagos del país para conservar su biodiversidad y los retos que quedan por delante. Las políticas públicas para la conservación y uso sustentable del patrimonio natural deben ser elevadas al más alto rango de prioridad nacional. Éste deberá ser un tema de análisis en las actuales campañas y una tarea imperiosa de la próxima administración.
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Fecha de publicación: 17 Mar. 12
Fecha de publicación: 17 Mar. 12
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