viernes, 9 de diciembre de 2011

La periferia irregular, una forma común de crecimiento urbano.

Uno de los problemas más graves de las ciudades mexicanas en proceso de expansión, es el referido a los espacios periféricos que son ocupados en más del 50% por los llamados asentamientos irregulares, que superan la capacidad de gestión de las autoridades locales y que, en general, se desarrollan al margen de la planeación.


Los asentamientos irregulares se han convertido en una de las formas más comunes de “urbanizar” la periferia debido a que los terrenos son de origen ejidal y por lo tanto son, aparentemente, “baratos”; además son de mayor dimensión que los ofertados por los promotores formales, y la posesión es inmediata.

Al adquirir el derecho de posesión del terreno, los nuevos ocupantes empiezan a construir sus viviendas sin licencia de construcción. En realidad, “no hay unidad de conjunto urbano ni congruencia con las condicionantes de los terrenos” (Bazán, 2004). Las viviendas, se construyen por etapas en largos períodos de tiempo, y en muchas ocasiones quedan inconclusas. En México un asentamiento irregular tarda en promedio 25 años para consolidarse y urbanizarse.


Estos asentamientos carecen, en su mayoría, de infraestructuras, equipamientos y servicios, mismos que se obtienen, generalmente, de forma paulatina y ejerciendo presión ante las autoridades competentes. La dotación de los servicios es por etapas y esto encarece los terrenos a largo plazo ya que son los vecinos quienes poco a poco van subvencionando la lenta urbanización. Contrario a las creencias populares, en América Latina la informalidad es costosa y por lo tanto no es una alternativa para combatir la pobreza e informalidad urbana [Smolka, 2003].

Entre los asentamientos irregulares y los fraccionamientos cerrados  habitacionales, se pierde la coherencia de la conectividad de la periferia con la estructura urbana de la ciudad consolidada. Así, la nueva ciudad presenta una imagen orgánica, disfuncional, dual, con un uso extensivo del suelo para vivienda y pocas o nulas áreas verdes y espacios públicos.


Por otra parte la falta de control en el proceso de poblamiento del AI provoca que los espacios que podrían ser ocupados para equipamientos y zonas verdes sean ocupados para vivienda. Y bajo este marco abundan las viviendas populares cuyos terrenos se subdividen sin control, haciendo muy difícil la tarea de reordenamiento urbano del asentamiento.

Fuente: Flores Lucero, María de Lourdes, Los asentamientos irregulares en el Municipio de Puebla, Pragma - Revista de Investigación Científica, Año 2 / No. 4 / Mayo-Octubre 2009

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