miércoles, 14 de diciembre de 2011

Hacia un consumo responsable


El consumo responsable puede entenderse como la elección de los productos y servicios no sólo en base a su calidad y precio, sino también por su impacto ambiental, social, y por la conducta de las empresas que los elaboran.

Una de las principales características que describe a nuestra sociedad actual es el consumo, desde el término de la segunda guerra mundial y por diversos factores la sociedad comenzó a creer en una idea principal “entre más consumimos somos más felices”, pero lo hicimos sin pensar en las consecuencias reales que el día de hoy arrastra esta forma de pensar. 


¿Pero por qué ha tenido un efecto tan grande esta forma de pensar?, ¿qué problemas acarrea? Para comenzar vivimos en un planeta que tiene recursos limitados, y hoy más que nunca se han utilizado un sinfín de recursos naturales para poder satisfacer las necesidades de la población mundial, sin embargo una séptima parte de la población mundial vive con altos índices de marginación.



Nuestro consumo en la mayoría de las ocasiones es sinónimo de agotamiento, y por lo general no tomamos en cuenta las repercusiones para el medio ambiente y para las personas que habitan en la Tierra. Cada quien como consumidor tiene una gran responsabilidad la de escoger sabiamente que productos o servicios necesitamos y cuáles de ellos tienen un menor impacto social y ambiental.



Quise hablar de este tema porque como sabemos se acercan las fiestas decembrinas y entre las posadas, las reuniones, los regalos y los viajes, nuestro consumo aumenta de forma significativa en un lapso de tiempo muy corto.Y curiosamente lo que menos pensamos es si necesitamos las cosas que vamos a comprar, o sí los bienes o servicios que adquirimos tienen algún impacto ambiental, o si son producidos por empresas responsables. 

 

Los medios de comunicación y las tiendas nos bombardean con ofertas que en la mayoría de los casos nos terminan embolbiendo en una vorágine de consumo, el problema generalmente llega durante los primeros meses del siguiente año, lo que conocemos como la cuesta de enero. Así que antes de consumir algo en esta fechas hagamos una pequeña reflexión: "En verdad necesito lo que estoy comprando", este es el primer paso para convertirnos en consumidores responsables.

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