Todos los días generamos diversos tipos de residuos, cada actividad que realizamos puede generar un tipo específico de residuos, por ejemplo el ramo de la construcción genera escombro, los hospitales generan residuos biológicos infecciosos, y la industria puede generar en ocasiones algunos residuos peligrosos, etc.
Pero nosotros en nuestras casas generamos algo a lo que llamamos residuos sólidos urbanos, comúnmente conocidos como basura, la composición de esta basura en nuestro país es muy variada, pero el mayor porcentaje es el de residuos orgánicos que representan hasta un 50% del total que genera cada habitante de México.
Entre estos residuos tenemos la madera, leña, aserrín, hojas verdes y secas, paja, heno, pasto cortado o seco, frutas, verduras, semillas, residuos de comida, servilletas, restos de pan y tortilla, carne, huesos y hasta papel sin tinta. Mismos que desde hace mucho nos han enseñado a separar de los residuos inorgánicos.
¿Y qué podemos hacer con los residuos orgánicos? Una vez que los hemos separado de los demás residuos que generamos podemos elaborar un producto nuevo, que sólo requiere de la degradación de la materia orgánica, es decir que los residuos se conviertan en una especie de humus o tierra de hoja que es mejor conocida como composta.
Al hacerlo podemos disminuir hasta en un 50% la cantidad de residuos que generamos, además de que nuestros residuos, es decir aquellos que sacamos para que el servicio de limpia lo recoja se verán mucho más limpios además ocuparán mucho menos espacio en los rellenos sanitarios o aquellos sitios de disposición final de los residuos sólidos urbanos.
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